El soporte de Windows 10 llega a su fin: qué cambia y cómo proteger tu PC

Última actualización: octubre 7, 2025
  • Fin del soporte el 14 de octubre: millones de equipos dejarán de recibir parches.
  • En el EEE habrá un año extra de actualizaciones gratuitas si se inicia sesión con cuenta Microsoft cada 60 días; fuera, ESU de pago y, en empresas, hasta tres años.
  • Riesgo al alza: más incidentes y sistemas vulnerables; urge reforzar la seguridad y planificar la migración.
  • Opciones: actualizar a Windows 11, usar Linux en equipos no compatibles o renovar hardware.

Fin del soporte de Windows 10

El 14 de octubre marca el punto y aparte para Windows 10: a partir de esa fecha el sistema deja de recibir parches de seguridad y correcciones. Para quienes sigan con este software, eso implica una mayor exposición a fallos y amenazas, porque el fin del soporte oficial cierra la puerta a nuevas actualizaciones.

El impacto no es menor: Windows 10 sigue presente en alrededor del 40% de los PCs con Windows, lo que supone cientos de millones de equipos, desde ordenadores de sobremesa y portátiles hasta TPV, quioscos y sistemas industriales. En entornos corporativos la preocupación es mayor por la posible interrupción de la operativa ante vulnerabilidades sin parche.

Qué cambia con el fin del soporte y qué opciones hay

Opciones tras el fin del soporte de Windows 10

Sin nuevas actualizaciones, Windows 10 queda más expuesto. No obstante, hay alternativas. En el Espacio Económico Europeo habrá un año adicional de actualizaciones sin coste condicionado a iniciar sesión con una cuenta de Microsoft al menos una vez cada 60 días; Microsoft ha relajado requisitos previos como el respaldo obligatorio en la nube. Fuera del EEE, los consumidores pueden acogerse a ESU de pago (en torno a 30 unidades monetarias por año según las comunicaciones), mientras que las empresas disponen del programa ESU hasta tres años, con coste creciente por anualidad.

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Para comprobar si cumples la condición del EEE, verifica si usas cuenta local o de Microsoft. Entra en Configuración > Cuentas > Tu información y revisa si aparece un correo asociado; si no, podrás cambiar a una cuenta Microsoft desde esa pantalla. Esta pequeña gestión es clave para iniciar sesión cada 60 días y mantener los parches en esa extensión gratuita.

En paralelo, Windows 11 ya ha superado a Windows 10 en cuota. Aporta mejoras en interfaz, productividad e integración con servicios, pero exige requisitos de hardware como TPM 2.0 y CPUs compatibles. Si tu equipo no los cumple, valora los pros y contras de forzar la instalación.

Existen métodos para instalar Windows 11 en equipos no compatibles, aunque conviene evaluar riesgos y soporte antes de aplicarlos. Lo recomendable es priorizar configuraciones estables y seguras por encima de instalación en equipos no compatibles, sobre todo en entornos profesionales.

Si no vas a actualizar a Windows 11, Linux emerge como alternativa sólida para alargar la vida útil del hardware: es gratuito, ligero y con gran variedad de distribuciones Linux como Ubuntu o Fedora. También puedes plantear renovar el ordenador.

Quien opte por un equipo nuevo debería fijarse en pantalla, procesador, almacenamiento SSD y autonomía, además del soporte de drivers y periféricos, ya que el dispositivo llegará con Windows 11 preinstalado y listo para recibir parches.

Riesgo creciente y medidas recomendadas

Riesgos y ciberseguridad tras el fin del soporte

El contexto no ayuda: según el último balance del INCIBE, en 2024 se gestionaron 97.348 incidentes en España, más de 31.540 en empresas, y se detectaron 183.851 sistemas vulnerables. A esto se suma que, en el segundo trimestre, se han registrado de media 1.950 incidentes semanales por empresa en España, según datos de analistas del sector.

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Con el fin de Windows 10, los atacantes tienen una ventana de oportunidad para cibercriminales al aflorar nuevas vulnerabilidades no corregidas. La superficie de ataque crece y, aunque existan extensiones de soporte, muchos usuarios no las aplicarán o las activarán tarde.

Para mitigar el riesgo conviene actuar ya con medidas de higiene digital y controles técnicos proporcionados. Estas son las acciones prioritarias que recomiendan los expertos:

  • Migrar cuando sea posible a un sistema con soporte activo: Windows 11 u otro sistema actualizado. Cuanto menos tiempo pase, menor será la exposición.
  • Refuerzo de la seguridad con antivirus de nueva generación, firewalls y sistemas EDR/IDS, además de monitorización en tiempo real para detectar y responder a incidentes.
  • Aplicar el principio de mínimo privilegio: permisos por roles y acceso solo a lo necesario, con MFA activada para frenar accesos no autorizados.
  • Hacer copias periódicas y probar la restauración. Idealmente, estrategia 3-2-1 con copias fuera de línea o en la nube.
  • Proteger la red Wi-Fi con contraseñas robustas y cifrado actualizado; deshabilitar accesos remotos innecesarios y cambiar credenciales por defecto.
  • Formar al personal en prevención de phishing y buenas prácticas: el factor humano sigue siendo la primera línea de defensa.
  • Cifrar datos sensibles: cifrado de discos y ficheros para evitar uso indebido en caso de robo o filtración.
  • Planificar la transición: inventariar equipos y aplicaciones, presupuestar y calendarizar un plan de migración escalonado.

También conviene recordar la paradoja de los sistemas heredados: la compatibilidad hacia atrás facilita mantener aplicaciones antiguas, pero a cambio introduce compatibilidad heredada que a menudo choca con las mejores prácticas de seguridad.

En este escenario, ha repuntado el uso de Windows 7 hasta rondar el 10% según mediciones de mercado recientes. Aun así, no es recomendable volver a Windows 7: carece de parches desde hace años y puede presentar incompatibilidades con controladores y software actuales.

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Con todo lo anterior, lo sensato es trazar un plan: activar la extensión gratuita en el EEE si aplica (con cuenta Microsoft y sesiones periódicas), definir el salto a Windows 11 o a otra plataforma y reforzar controles de seguridad. Cuanto antes se planifique y actúe con antelación, menor será el riesgo de quedarse vendido ante nuevas amenazas.